Los «grandes»
Está muy bien reconocer su maestría, su capacidad de entrega, su mérito, su tenacidad, su magia… teniendo en cuenta que, igual que ellos pudieron llegar a eso, nosotros también podemos hacerlo.
Está muy bien reconocer su maestría, su capacidad de entrega, su mérito, su tenacidad, su magia… teniendo en cuenta que, igual que ellos pudieron llegar a eso, nosotros también podemos hacerlo.
En uno de mis talleres de escritura, les propuse a mis alumnos que escribieran una historia partiendo de alguno de los personajes de los cuentos maravillosos que nos contaban nuestros padres cuando éramos pequeños. Tenían que ubicarlos en el mundo actual. A ver qué se les ocurría.
Como aprendices de escritor es importante que aprendamos a detectar —y a aceptar— el punto del camino en el que nos encontramos. Si un niño que está dando sus primeros pasos pretende correr los cien metros lisos, se estampará contra el suelo. Por suerte o por desgracia, los niños son más listos que los adultos.