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Tiempo de lectura

La buena literatura perturba, zarandea y conmueve. No respeta nada y no nos deja indiferentes; nos corrige. Nos obliga a leer de otra manera, de través, a cambiar de ojos y de memoria, a ampliar nuestros límites, a internarnos en un territorio de arenas movedizas en el que nada nos resulta familiar y todo se vuelve inestable y sospechoso.

¿Libro tradicional o libro digital?

Unos años atrás la irrupción del e-book en el mercado editorial planteó una inmediata disyuntiva: ¿Cómo afectará al libro tradicional? ¿Podría éste llegar a desaparecer? El paso del tiempo ha ido amortiguando los temores que muchos tenían y todo apunta a una coexistencia pacífica de ambos formatos. Lo importante es que se lea, no importa el formato. La convivencia es posible y ya es una realidad. Probablemente la cuestión no estriba en decidirse por uno u otro formato, se trata de disfrutar de ambos.

Vengo a hablar de mi libro

Pasan los minutos en la tertulia conducida por Mercedes Milá. Como un buen niño en el colegio, Francisco Umbral levanta la mano antes de tomar la palabra. «A mí me has dicho personalmente por teléfono, Mercedes, que yo venía aquí porque esta tarde se presentaba mi libro La década roja en un local de Madrid y que se iba a hablar de mi libro», apunta Umbral. En ese momento yo estaba viendo el programa y pensé que Umbral era un mercantilista y un arrogante. Desde la perspectiva de hoy entiendo su enfado más que nunca.

Entrevista a Kike Parra, autor de ‘Me pillas en mal momento’

Hubo un tiempo en que pensaba que era suficiente con que la literatura entretuviese, pero con el paso de los años he llegado a convencimiento de que eso no es suficiente. Cuando vas a ver un partido de fútbol, por muy entretenido que sea, si acaba cero a cero te sientes defraudado. Quieres algo más: que haya goles. Con la literatura pasa lo mismo. No basta con entretener. Debe incomodar, tocarte la fibra, hacer que te plantees las cosas. A la literatura también hay que pedirle goles.

Birds on the wire

Cada vez que comienzan las clases, con los grupos antiguos (aquellos con los que llevo trabajando uno, dos, tres, cuatro años o más) la imagen que se me viene a la cabeza al comenzar el curso (robada a Leonard Cohen de su canción Bird on the wire) es la de unos cuantos pájaros prendidos con sus patitas en un cable, algo inquietos, como esperando algo, no saben muy bien qué…

¿Lo conseguiré?

Quien se decide a emprender la aventura de la escritura se encuentra ya de inicio con una barrera que parece insuperable: saber si está dotado para emular, o al menos aproximarse, a todos aquellos autores que tanto gozo le proporcionan al leerlos. Alcanzar tal certeza es imposible, por lo menos en esa etapa inicial; el camino al que se enfrenta, como dice la canción de los Beatles, será «largo y tortuoso».

Presentación de RELEE y de su primer lanzamiento

El jueves 8 de octubre de 2015 te invitamos a la inauguración del proyecto RELEE, que agrupa los talleres literarios (en los que formamos a profesionales en la escritura), la editorial Red Libre Ediciones (que te ofrece literatura de calidad cocinada al fuego lento de los talleres) y la comunidad de lectores que deseen unirse a esta red (entre los que nos gustaría incluirte).

La soledad frente al folio en blanco

Tradicionalmente se ha considerado el del escritor como un oficio solitario, y así ha sido desde que se inventó la escritura en Mesopotamia hace seis mil años. Ahora, como entonces, el acto último de enfrentarse a la página en blanco (o a la pantalla del ordenador) sigue constituyendo un esfuerzo personal e intransferible en el que el autor solo rinde cuentas ante sí mismo hasta llegar al producto terminado.