Suicidio literario
Los escritores de más de sesenta y cinco años deberán escoger entre pensión y derechos de autor. Ya lo auguraba hasta el más inhumano, corrupto o deleznable de los mortales: siempre asaltan al más débil.
Los escritores de más de sesenta y cinco años deberán escoger entre pensión y derechos de autor. Ya lo auguraba hasta el más inhumano, corrupto o deleznable de los mortales: siempre asaltan al más débil.
Sobre los lectores que se asomen a estas líneas: me pregunto con qué frecuencia han sucumbido a los encantos de Dionisio. Sí, he dicho bien. La cuestión radica en saber cuántas noches se han liberado ustedes en los sueños de sus instintos, trabas y controles que ejerce la actividad social diurna para asomarse a un abismo, en ocasiones telúrico (entendido como desconocido), y en otras nostálgico.
En este año de aniversarios literarios múltiples, destaca el de nuestro Premio Nobel Camilo José Cela Trulock, nacido en Iria Flavia, A Coruña, en 1916. No obstante, esta inevitable conmemoración probablemente haya apantallado el reconocimiento hacia otros de sus coetáneos gallegos, como puedan ser Gonzalo Torrente Ballester o Álvaro Cunqueiro.
Margarit reitera un tema que le aproxima a otros poetas como Elena Medel o Carlos Sahagún, los niños muertos en situaciones bélicas y de barbarie; y de ello surge la infancia y las ausencias filiales en «Joana» (2002): «¿Sabes cuál es, Joana, el próximo concierto?», «¿Oyes cómo en el patiode la escuela / están jugando los niños?».
Cada relato que se lee en voz alta en el taller (o que leo en la intimidad cuando las clases son por internet) supone un reto para mí, un mundo de posibilidades se me ofrecen. Me apasiona identificar y expresar lo que ese texto me hace sentir, me gusta buscarle las posibilidades, detectar aquello que no fluye, imaginar otras secuencias, permitirme disentir, confrontar, mirar a los ojos al autor y ponerle frente a su deseo, para ver si ese deseo se ha colado o no entre las palabras de su texto, y si ha conseguido o no contar lo que quería
Como dice el subtítulo de esta narración, El siglo del Dragón del capitán Coch, esta crónica se basa en el episodio legendario del Drac de na Coca (presente en la simbología arquitectónica de Palma), y que en su origen fue un cocodrilo procedente de la Nubia nilótica que se transformó en dragón-lagarto.
Lara López nos trae una nueva colección de canciones con las que darle la bienvenida al verano.