Sin embargo nacimos… la sangre cubrió nuestro único cuerpo y las laderas de una inmensa montaña.
Crónicas de Olvido, GRACIELA BAQUERO
La poeta Marta Agudo nos habló en su curso de poesía de la metáfora fosilizada y de la metáfora visionaria. Nos entregó a cada alumno un par de láminas de cuadros, que eran ejemplos de esos dos tipos de metáforas. Se trataba de “El sueño del caballero” de Antonio de Pereda, y de “El Infierno”: la tabla derecha de “El jardín de las delicias” de El Bosco.
Marta nos pidió que escribiésemos un poema inspirado en la pintura de El Bosco. Este es el mío:
Flores Asfódelas
No vas a ser uno más
en la estampida de tus pinceles lisérgicos:
con tu parsimonia de hipopótamo árbol
el casquete de paleta
y las galochas de barca
levitas el descalzo ultramundo.
A tu oronda derecha
un caballero sin ego
excavado de rojo
protege con su hálito
el cáliz de su alma.
Al sur, una rana negra
le chupa la sangre
a una flor amarilla.
Y dos ramas de asno
la babean:
una le agarra un pezón;
la otra hurga
en su bajo vientre.
Al diablo pájaro
le pintas botines de ánfora.
Subido a su trono
engulle a un joven
(que pare el trueno
y grita rayos de golondrinas),
mientras pone un planeta amniótico
en el que los adultos
compiten para morir.
Admiro profundamente a El Bosco. Disfruté mucho en 2016 de la exposición del Museo del Prado con motivo del V centenario de su muerte.
Para crear este poema –en la parte de búsqueda- he utilizado información del catálogo de la exposición, que adquirí cuando la visité, donde hay detalles de la tabla de “El infierno”: por ejemplo, el del hombre-árbol, el del diablo-pájaro y el del hombre que está siendo devorado por los perros. También he visitado la página web del Museo del Prado.
Y deseo que esté aquí el trabajo con la metáfora visionaria.
¡Muchas gracias por tu clase, Marta!