Autor: Maria José Beltrán
Daqueen habita todo, en potencia todo, es pequeña y redonda, preñadora y trashumante; una bomba de vilanos. Habita el cabello, la atmósfera y el semen. Su mirada chinesca la elimina un bufido de vapor caliente. Pero tras esa mirada muerta bullen, brotan, paren, batallones de ojos rasgados en bolas fatales Daqueen que evaporarían los cubiletes de todas las planchas a vapor del mundo.
Daqueen es autoritaria sin mandar. Silencia sin hablar. No hay terapia para este dolor
Se ha hecho a sí misma una Daqueen que se disfraza de bombón Ferrero, de dije o llamador de ángeles, o la hace un laboratorio y los buenos investigan murciélagos y no hay respuestas y los políticos roen y dentellan por Daqueen. Es redonda, a veces radial y arácnida, no visible. Tiene súbditos por miles. Nadie entiende bien qué pasa por el no cerebro de Daqueen, hasta dónde puede rodar, volar, vaciar, a cuántos ciudadanos derrumba, qué parlamentos desmantela, los presidentes que abandonan desairados el podio presidencial e increpan a reporteras asiáticas. Todo en Daqueen es cabeza cortacabezas Daqueen. Es autoritaria sin mandar. Silencia sin hablar. No hay terapia para este dolor.
Mientras los listos maquinan y los buenos trabajan, nosotros en la resistencia vamos procreando
Daqueen se lleva mal con el verano. Se amanceba con el invierno. Poco se sabe de esta relación de gran viuda negra. Puede que sea cíclica, o que no. Aún es pronto. Puede que consigamos eliminar a Daqueen. Mutilarla. Pelarla. Desinflarla. Mientras los listos maquinan y los buenos trabajan, nosotros en la resistencia vamos procreando, seremos abuelas, le damos vueltas al salón, le cambiamos los fondos al Zoom: ahora pondré una palmera y la brisa marina la mecerá; luego el cartel aquel que publicita una firma mía en la feria; sí, dejemos a Daqueen y los listos y los buenos; nosotros mientras recogemos con repelús y un tenedor de plástico negro un ratón que se ahogó en un charco en el jardín anoche, reescuchamos la story de un relato de Eloy en Instagram; el de Alrededor de la boda, engordamos, nos ansiamos, los alumnos harán un examen online y apelo a su integridad, reímos y lloramos y cuando reímos nos sentimos contentos y cuando lloramos, claro que no, adendamos la programación de nuestra asignatura, la readendamos, la rerreadendamos, la cotrarrerreadendamos porque no hay instrucciones o las instrucciones cuando llegan tardísimo van a la deriva como los vilanos o Daqueens del mundo o como cualquiera de todos nosotros y se van pasando los días, con mucha tele programación cultural, que no nos salva -como siempre dice Gonzalo (él lo dice de la poesía)-: No nos salva porque ya nos ha salvado.
3 comentarios en «OH, DAQUEEN, TÚ SERÁS MI BABY»
Cómo la vida misma,elevado a la pluma del escritor.
Me ha encantado la visión de mundo de Mª José, tan personal y creativa de » OH, DAQUEEN, TÚ SERÁS MI BABYe «.
Rocío, qué bien, me alegro mucho. Un gran abrazo.