Microrrelato ganador de El Gran Concurso de las Preguntas existenciales.
—¿Te saben bien los besos de mamá? —me pregunta mi hija de seis años en la puerta del cine, al observar las evoluciones de la pareja adolescente que tenemos delante.
—Muy bien hija, a mí los besos de mamá me encantan.
—¿Siempre? —sigue investigando mientras esperamos en la fila de las palomitas.
—Sí, porque mamá da unos besos muy ricos —respondo sorprendido ante tanta curiosidad.
—¡Pues qué suerte tienes! A mí, de los de Christian, solo me gustan los que no tienen migas de galleta, ni yogur, ni plátano.
Paloma Hidalgo