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Janis

Fuerza y fragilidad, carisma y baja autoestima, verano del amor y drogas, todo pasa por su garganta de oro y harapos, macerada en blues y psicodelia. No se inyecta heroína para subir al escenario, sino para bajar del escenario. Para soportar los tiempos muertos de la vida cotidiana, la cola del supermercado, la cama individual del hotel, la estúpida mueca de los armarios y la resaca que provoca estar sobrio.