Una ciudad, amor
Minutos antes de la hora, me enteré de que aquel encuentro iba a ser una especie de cita a ciegas: en las bases del concurso ponía que el ganador o ganadora, además del premio principal, también disfrutaría de una cena, y si lo pedía, iría con ellos para (para hacer de cronista). Almu me llamó para decirme que estaba en el metro, que le faltaban quince minutos para llegar y que su pareja no iba a venir. “Voy sola, si no te importa”. “Claro que no”.