Vivir (y escribir) al día
Creo que en esta herida siempre abierta de la necesidad de escribir más vale vivir al día, tratar de llegar a un acuerdo con la realidad, hacer lo que podamos, no paralizar nuestro deseo, ni tampoco forzarlo. No hace falta firmar con sangre «Escribiré» ni «No escribiré». Si lo necesitas, lo harás, sacarás el hueco como puedas. Si no, prescindirás.