Incómodos | Antología de relatos | relatos de VV.AA.

10 Prólogo película, yo también siento como un desprecio a mi tra- bajo esa pretensión de que pase al lector la mano por el lomo. Aunque es cierto que muchos autores se especiali- zan en satisfacer tal ruego y ofrecen libros entretenidos, complacientes, de los que salimos con la tranquilidad de que nuestro corazón late en el lado correcto y de que si el mundo es un horror no es desde luego por nuestra cul- pa. Nosotros vamos siempre con los buenos y nos ale- gramos cuando al final el malvado recibe su merecido. Pero hay escritores que se resisten a ponernos las cosas tan fáciles y nos fuerzan a mirar lo que nos nega- mos a ver: porque debajo de la superficie amable de las cosas, por detrás del orden y de las instrucciones de uso, agazapados en ese ángulo que no llegamos a ver (ese «ángulo del horror» del que escribió Cristina Fernández Cubas —qué gran cuentista—), nos aguardan siempre aquellos fragmentos de nosotros mismos (como individ- uos, como familias, como sociedades) que preferiríamos barrer debajo de la alfombra. Verlos significa reconocer que somos mucho peores de lo que pretendemos. La literatura incómoda —cruel, la he llamado en otro si- tio— desvela la impostura creada por los álbumes de fotografías, esas colecciones de momentos felices en las que siempre falta el instante en el que nos abandonaron o hirieron, y también aquel en el que fuimos malvados o sencillamente nos moríamos de miedo. Los libros incó- modos dan relieve a la imagen plana que ofrecemos de nosotros, siempre tan como debe ser, tan faltaría más, tan es un placer y soy una persona de principios. Y, como saben cualquier pintor y cualquier fo- tógrafo, no es posible dar relieve sin utilizar las sombras. Si queremos una imagen mínimamente fiel de lo que so- mos, no basta mostrar las partes que nos gusta exponer. Hay que hurgar en lo oscuro. Pues bien, estos cuentos lo hacen, y lo hacen con honestidad, sin buscar lo macabro por efectismo y sin jugar con el morbo. De hecho, uno de los grandes aciertos que he encontrado en ellos es que a menudo ni siquiera muestran abiertamente, no explican;