Normas de inseguridad | Almu Ballester

17 Clara Obligado logo que acompaña un primer libro de historias que atrapan. La ambigüedad de la vida, lo máximo que se esconde tras lo mínimo, la diferencia entre el ser y el parecer. La precisión del lenguaje. Ese plan, como todos los planes, no se materializa. 6 Quizá esta sea la esencia de un buen cuento, me digo, la levedad, lo que no termina de hacerse evi- dente, y los relatos de Almu Ballester transitan por este camino difícil. He ido escribiendo este peque- ño prólogo mientras mechaba frases de Normas de inseguridad, he intentado dibujar su poética mien- tras reconocía mis filias y fobias. Al repasar el libro, vuelvo a disfrutar de la ausencia de detalles, de lo oculto que salta a un primer plano, y sé que estas historias permanecerán en mi recuerdo porque se- ñalan la compleja aventura que supone vivir. Quizá, me digo, este incierto oficio nuestro no sea otra cosa que una herida que llevamos en la es- palda, cartografiada por la escritura. Era una herida antigua. Antigua. Me aclara que no se hacen suturas en heridas así. No tendría sentido. Pero estaba abierta, replico yo. Sangre, dolor intenso, qué hay de eso. (…) Amedida que mi cerebro coloca sus absurdas palabras, comienzo a notar un enorme incendio en toda la piel. 7 6 «Weimar». 7 «Herida» .

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