Me pillas en mal momento | Kike Parra

10 Prólogo amarguras, como la del manipulador individuo de «El cazador», desalmado con el zorro del que se ha servido para escudriñar el amor. «El olor de las mu- jeres que han sido madres», «Tan lejos del puerto» o «Déjalo como estaba, por favor» redundan en las mismas dudas, en familias o matrimonios inacaba- dos, con los defectos por desbastar erizando de as- WLOODV VX LQTXLHWDQWH VXSHUÀFLH 1R KD\ WHUVXUD VLQR desengaño, frustración. Domina una primera persona que atenaza al lector. La voz de bocetos de adultos, seres egoístas a los que tempranamente, en varias narraciones, el malhadado destino ha arrebatado un hijo. Esa pérdida los ha convertido en inadaptados y sus es- trategias para volver al redil de la vida desencade- nan nuevas angustias y desencuentros. Perdedores sin norte, fracasados prematuros. Aquí hombres y mujeres reaccionan de diferente manera: ellos sin pericia, ellas desde la sombra, como en «Una vida por otra», el cuento que cierra la colección. Un rela- to despiadado sobre el desquite y la falta de amor, las contradicciones de la existencia y cómo las so- portamos. Todo ello narrado desde gestos meno- res, estampas sencillas que redundan en lo vano: esa imagen de una nevera vacía, con una manzana que, como todos nosotros, también terminará por marchitarse. De esas perturbaciones de lo cotidiano trata Me pillas en mal momento . $O ÀQDO WHQHPRV OD VHQVDFLyQ GH TXH HO IXWXUR la vida adulta de nuestra gente corriente, va a se- guir por el mismo camino; que lo que se tuerce y construye desde el error y la desavenencia no pue- de generar la belleza tan legítimamente buscada. Queda mirar al cielo, ensimismarse en pájaros o estelas de aviones. Escapar de alguna manera, aun- que evitando despegar los pies del suelo. Todo ello,

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